Hoy he querido traerles una breve reseña de un libro dedicado a reflexionar sobre la introversión. Aunque Uds no lo crean muchas personas tienen esta condición, YO MISMO SOY de naturaleza introvertida
y tuve mucho tiempo siendo muy tímido, y para nosotros las
habilidades sociales no son algo ya dado como para otras personas.
Particularmente he pensado sobre la introversión y la timidez e implica aceptarse como uno es, no
maldecir o renegar de la condición, sino trabajar para avanzar e incluso sacar
provecho y ventaja de lo que tenemos.
A los introvertidos siempre se les pide
que cambien, que no piensen tanto y más bien actúen, que hablen duro, que
salgan más a fiestas, pues su forma de ser resulta un obstáculo para triunfar
en la vida. Pero según un nuevo libro titulado "Quiet" (Callado), escrito por
Susan Cain, ese podría ser un gran error. En su texto, Cain, una abogada
introvertida que se dedicó a este tema, defiende ese temperamento con
argumentos científicos. Dice que, pese a que la sociedad premia a los
individuos que hablan primero, con voz recia, y cautivan a los demás con su
carisma, sin los retraídos el mundo habría perdido las grandes ideas de, por
ejemplo, Albert Einstein, Bill Gates, Marcel Proust, Charles Darwin y J.K
Rowling, entre muchos otros.
Los introvertidos son a los extrovertidos lo que las
mujeres eran a los hombres en los años cincuenta: ciudadanos de segunda clase,
aunque con mucho talento”, dice Cain. Para la autora, esa actitud nace de la
ignorancia. Muchos los ven equivocadamente como antisociales que odian a sus
semejantes. Lo hacen porque las personas calladas e introspectivas prefieren
los ambientes poco estimulantes, no solo en términos de gente sino también de
luminosidad, ruido y acción. Pero no son necesariamente tímidas, pues lo que
ellas temen es ser desaprobadas. De esta forma, se puede ser introvertido pero
no tímido, como Bill Gates, quien a pesar de ser callado y retraído, no tiene
problema en hablar frente a un auditorio repleto de personas.
Las investigaciones señalan que ser introvertido está en
los genes y hace parte del temperamento, los rasgos de la personalidad
detectables desde la primera infancia. según un estudio realizado con 500 niños, se pudo ver la alta
sensibilidad de éstos nada tiene que ver con la gente sino con el
ambiente que los rodea y con sus preferencias por ciertos niveles de estimulación.
Por esa forma de ser, se dice que los introvertidos tienen una capacidad
mayor de observar a la gente y las cosas, piensan mucho antes de actuar y son
complejos emocionalmente, todo lo cual es subvalorado hoy en día.
Y lo es porque la sociedad actual, según la autora, está
fascinada con el ideal de extroversión que se empezó a gestar en 1920, cuando
aparecieron las grandes empresas. Antes se le rendía culto al carácter, donde
lo importante era ser disciplinado y honrado tanto en privado como en público.
Pero el culto a la personalidad, que valora más cómo otros perciben al
individuo, dio paso al ideal de extroversión que ensalza a los habladores,
divertidos, fiesteros, carismáticos, y cataloga como enfermos o problemáticos a
los introspectivos.
La autora dice que hoy día, los colegios y las compañías están
hechas para extrovertidos, quienes se sienten cómodos siendo el centro de
atención, y poco se tiene en cuenta la necesidad de los introvertidos de estar
a solas y permanecer callados. En el aula de clase, por ejemplo, desde muy pequeños
se fomenta en los niños el trabajo en grupo, pues se cree que se aprende mejor
así.
También lo he vivido en las empresas que he trabajado, no vale la pena nombrarlas aquí. Bueno el hecho es que éstas empresas promueven más a los extrovertidos aunque se ha revelado que los introvertidos
muchas veces generan mejores resultados y son más exitosos a la hora de dirigir, pues
tienden a escuchar las ideas en lugar de tratar de poner su sello propio. Esto
se debe a que están motivados por la ilusión de ver cumplida una meta en el
largo plazo y menos por su ego.
Steve Wozniak, cofundador de Apple, reveló en una entrevista que
“los inventores que he conocido son como yo, tímidos que viven en sus cabezas.
Son como artistas. De hecho, los mejores de ellos lo son. Y los artistas
piensan mejor solos… no en comités, ni en grupo”.
Esa cultura imperante ha
llevado a que los introvertidos crean que hay algo malo en ellos y traten de
cambiar, lo que lleva a perder mucho talento y energía, pues ellos mismos no
saben cómo pasar el tiempo. “Terminan yendo a fiestas cuando en realidad
preferirían estar en casa leyendo, estudiando, meditando, pensando,
inventando”, dice la autora.
La gran mayoría desarrolla personalidades
extrovertidas para lograr las metas anheladas, pero todos ellos saben que en
algún momento del día se tienen que quitar la máscara. Muchos toman un tiempo a
solas o se desquitan el fin de semana cuando se sumergen en una buena lectura...
Se les quiere,
Miguelangel
1 comentario:
Excelente amigo!!!
A veces los introvertidos son sometidos a espacios no deseados, sabiendo que lo que hay allí es pura dinaámita de genialidad.
Gracias por la info.
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