domingo, 22 de agosto de 2010

LAS BURLAS





¡Mamá, en el colegio me llaman "dientón"!... Esto es el principio de un chiste, pero lamentablemente hace sufrir a muchos niños casi a diario. El ser objetivo de una gracia de mal gusto, se puede producir en el recreo, en clase, en el parque,... Es una situación totalmente inesperada que ocurre en cualquier entorno. Los padres no pueden proteger a sus hijos y evitar que se produzca esta desagradable situación, lo que sí pueden hacer es enseñarles estrategias de comportamiento útiles, para ayudarles a enfrentarse a ella.


A ver! vayamos por partes:

Una cosa son las bromas y otra las burlas. La diferencia entre ambas es que en las primeras todos, incluyendo al niño objetivo de la gracia, se lo pasan bien y disfrutan, es como un implícito chiste compartido; mientras que las burlas pueden hacer que el niño se sienta herido, triste e incluso se niegue a ir a la escuela o su lugar de recreación.

Existen diferentes razones por las cuales los niños se burlan de sus compañeros,  pueden ir desde un intento de aceptación por parte de sus amigos, una forma de llamar la atención, o simplemente porque imitan este comportamiento que en otras situaciones ellos mismos han padecido por parte de hermanos mayores, primos, entre otros... 

Hay que tener siempre en cuenta que el burlarse de los demás es propio de la naturaleza infantil, y que algunos casos el niño puede ser el burlador y en otra diferente el burlado.

Generalmente se apunta que frente a las burlas los niños dicen sentirse ofendidos y enojados, su tendencia era a reaccionar en forma negativa, buscando agresivamente vengarse del burlador. El problema que presenta este tipo de interpretación y reacción es que los  lleva a un círculo vicioso donde el niño interpreta la burla y responde negativamente a ella, se ve objeto de nuevas burlas y así aumenta su agresión.

¿Cómo ayudar a superar esta situación?

Bueno, cómo es de costumbre para atacar un problema, lo hacemos con análisis, observación, evaluación y planes de acción, pues lo primero que se debe hacer es conversar con el niño, identificar el problema desde su punto de vista,  para que pueda poner en palabras la situación que está viviendo, cómo lo afecta eso, qué hace él al respecto, a quién recurre para que lo ayude. Y a partir de allí, nos será más fácil comprender el alcance de esta situación, es decir, aunque se nos parta el alma porque además de haberle tenido que poner lentes muy grandes  (como lo que usan los nerds), se están riendo de él.

La cuestión es que NO se debe de transmitir nuestro propio enfado. Si se demuestra, le daremos todavía más importancia al problema. Además, aunque se intente hablar con el colegio, los padres y media humanidad, dará igual siempre puede surgir un gracioso que le haga daño. Como por ejemplo, “Nelson Rufino” el personaje de los Simpson, anda todo el santo día burlándose de sus compañeros, con una risa bien particular, sin tomar en cuenta los reclamos o castigos que le impartan sus superiores, como los de la maestra Krabbapel y hasta los del Director Skinner, de igual forma, a él le da igual. Así sucede en los comics  y en la vida real.

 Por esta razón, la mejor forma de ayudar es enseñarle a enfrentarse a esta situación y poder salir airoso de ella.

Vemos algunas estrategias que se puedan utilizar:

  • No reaccionen exageradamente. Cuando los padres reaccionan con exageración, pueden influir en la reacción exagerada del niño.
  • Pasarle el mensaje, "Tu puedes manejarlo".
  • Enseñarle al niño a quererse y a valorarse. Cuando se estén burlando, él podrá pensar " A mi no me importa tu opinión, porque yo tengo muchas cualidades muy buenas por las que me quieren mucho". 
  • Ensayar respuestas “entre los dos”. Cuando le están llamando mongólico, él puede responder:   "te gustan mis lentes ¿eh? pues lo siento no se prestan". El transformar la situación hará que el  burlador se convierta en burlado.
  • Otra forma sencilla de transformar una situación es aceptarla, si le dicen eres un enano, el puede responder "es verdad soy chiquito  ¿Y?" El burlador se quedará desconcertado ante la evidencia.
  • Revisar tu propio comportamiento. ¿Usted modela el comportamiento de una víctima, o inapropiadamente se burla su hijo? 
  • “No hay mejor desprecio, que no hacer aprecio". La indiferencia es la mejor conducta más inteligente ante quienes intentan ofendernos.
Una vez puestas en práctica las estrategias mencionadas y sólo en función de la madurez de nuestro pequeño, le podremos enseñar a reírse de sí mismo, contándole nuestras propias experiencias cuando nosotros éramos los que recibíamos estas burlas. El sentido del humor es una de las cualidades mejor apreciadas por cualquier círculo social ya sea adulto o niño. 

Entender que las burlas no se pueden prevenir y que no se pueden controlar lo que otros dicen, es  aprender a controlar nuestras propias respuestas y reacciones, lo cual hará la burla más manejable.
Los dejo con un video de Nelson....


Hasta la próxima!
Se les quiere,
Miguelangel






1 comentario:

Anónimo dijo...

Así es. a todos nos ha sucedido en alguna oportunidad de nuestras vidas, cuando eramos chicos sobre todo.

Oscar G.